La comunicación en la pareja es una de las claves para que la relación funcione.Sin embargo, no solo vale comunicarse, sino que hay que hacerlo de forma sincera y respetuosa. Y eso tiene que ver con la relación que tienes contigo mismo.
Suena raro, ¿verdad? Pues sí, cómo nos hablamos y cómo nos tratamos condiciona cómo nos relacionamos con los demás, sobre todo en los vínculos íntimos como son las relaciones de pareja. Porque si nos tratamos con respeto, no permitiremos que los demás nos traten mal.
¿Cómo te comunicas contigo?
Te propongo que, en primer lugar, te pares y escuches cómo te hablas. ¿Te tratas con cariño? ¿O te exiges mucho? ¿Te permites cometer errores? ¿Le dices lo que te molesta a los demás sin sentirte mal? Lo que te dices a ti, es lo que permitirás que tu pareja te diga.
Una vez revisada la comunicación contigo mismo, pasamos a la comunicación en la pareja. Años atrás, cuando no se hablaba de educación emocional, se tenían creencias negativas muy arraigadas (que todavía perduran en la actualidad) como “los hombres no lloran” y “las mujeres son más débiles por ser expresivas”. Y eso ha conllevado ciertos patrones de comunicación en la pareja y gestión emocional que no han sido nada beneficiosos.
Por ejemplo, si te guardas todo lo que piensas y sientes y no se lo expresas a tu pareja, ocurrirá que un día por un asunto sin importancia explotes y le reproches todo lo que tenías guardado. Seguramente, tu pareja lo recibirá de forma agresiva y no entenderá de dónde sale tu enfado desproporcionado.
¿Entonces? ¿Qué puedes hacer? Sobre todo, escucharte mucho para ser consciente de lo que te molesta en el día a día y expresarlo en ese momento con respeto. De esta forma, será más fácil que lo resuelvas con tu pareja y que os conozcáis cada día un poco más. Por otro lado, también es importante expresar lo que te gusta de tu pareja, ya que eso refuerza la relación.
La importancia de las palabras para comunicar emociones
A continuación, te dejo algunas claves más concretas para que, poco a poco, seas consciente de la importancia que tienen las palabras en la expresión de tus sentimientos y emociones.
No generalizar
Siempre, nunca, todo o nada… los extremos, en general, no son buenos. Dan lugar a malinterpretaciones.
Por ejemplo, no es lo mismo decir: “nunca colaboras en las tareas de casa” a “últimamente siento que no colaboras en casa, ¿te ocurre algo?”; “siempre hay que ver lo que tú quieras en la televisión” a “me apetecería ver la serie, ¿qué te parece si pactamos los turnos?” o “nada te parece bien” a “siento que no estás de acuerdo. ¿Lo hablamos?”. Piénsalo.
No reprochar
Los reproches hacen que tu pareja automáticamente se ponga a la defensiva, por lo que el mensaje que quieres transmitir llega distorsionado.
Así, no es lo mismo decir: “me tienes abandonado, pasas de mí” a “te echo de menos, te noto distante. ¿Ocurre algo?” o “estoy harta de que no me escuches” a “me siento molesta, te noto disperso. ¿Lo hablamos?”.
No etiquetar
Hablar de lo que hace la persona y no etiquetarla como algo permanente. Por ejemplo, no es lo mismo decir: “eres un despiste, siempre te dejas migas en la mesa” a “no has limpiado la mesa, últimamente parece que no estás tan atento. ¿Pasa algo?” o “eres una chula, me hablas fatal” a “siento que estás subiendo de tono, no me gusta que me hables así. ¿Te ocurre algo para estar tan enfadada?”.
Resolver temas
Es importante que cuando sientas que algo que ha ocurrido no está resuelto, lo habléis tranquilamente hasta llegar a algún pacto o un punto medio en el que los dos os sintáis cómodos. De lo contrario, esa herida estará abierta y cada vez que se roce, volverá a salir el conflicto.
Respetar espacio
Hay veces que un miembro de la pareja quiere resolver algo en el momento de la discusión y la otra parte necesita su espacio para alejarse y reflexionar. En estos casos, hay que dar espacio a esa persona, pero pactando cuándo se retoma el tema, si no, no quedará resuelto y, como explico en el punto anterior, volverá a ocurrir.
La clave de la comunicación en la pareja es no llevarse las cosas a lo personal,aunque sea complicado. Se trata de empatizar con las necesidades de la otra persona y ser conscientes de que pueden ser diferentes a las nuestras, sin dejar de lado lo que pedimos y necesitamos nosotros.
En la relación de pareja hay que realizar pactos constantemente para poder avanzar de forma libre y sincera en la relación.
Por último, recuerda que cada uno lleva la mochila de su propia vida a cuestas,llena de sus patrones familiares, conceptos, valores, sucesos buenos y no tan buenos, formas de hacer, personalidad… Hay que mirar dentro de ella, pero también en la del otro, para crear una nueva juntos.
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