Los bloqueos mentales surgen cuando menos lo esperamos. Casi sin saber cómo, nuestra realidad inmediata se queda en pausa, en un vacío repentino en el que no fluyen las ideas y nuestra competencia se ve anulada por completo. Así, hay quien lo define como «quedarse en blanco», como si alguien en nuestro interior hubiera desconectado la capacidad para actuar y reaccionar.
Todos lo hemos vivido alguna vez. Es habitual experimentar este tipo de bloqueos durante los exámenes, así como en cualquier situación en la que el estrés y la ansiedad están presentes de alguna manera. Por otro lado, también es común sufrir estas realidades psicológicas en el ámbito del deporte, ahí donde el atleta duda de pronto de sus propias capacidades.
Queda claro que cada cual ha sufrido en algún ámbito de su vida algún bloqueo mental; por tanto, podemos describir a la perfección qué se siente y qué provoca. Sin embargo, ¿sabríamos decir qué lo origina? ¿Qué es lo que hay detrás de estos efectos que, de vez en cuando, genera nuestro cerebro sin que entendamos muy bien la razón?
Decía John Milton que la mente puede hacer de nuestra vida un cielo o un infierno. Es cierto, pero lo que no nos señaló el célebre autor del poema El paraíso perdido es que el ser humano tiene también un inusitado poder: controlar su propia mente para mediar en el bienestar y la armonía interna. Veamos cómo.
Bloqueos mentales: ¿qué son?
Los bloqueos mentales son como interrupciones, cortocircuitos de un proceso cerebral concreto. Cuando ocurren, la mente no puede iniciar una actividad, terminarla, dar una respuesta o simplemente reaccionar ante una demanda del entorno. Así, en esas circunstancias, lo que se vive en nuestro universo neuronal es la imposibilidad de recuperar determinados datos o de codificar informaciones.
El cerebro, por decirlo de un modo sencillo, está en pausa, y lo está en muchos casos por un exceso de ansiedad o de estrés. Hay incluso quien define los bloqueos mentales como mecanismos de defensa.
¿La razón? Porque hay un exceso de emociones que nos desbordan y, ante esa anomalía, ante esa elevada carga emocional, el cerebro elige detener cualquier proceso para protegernos, para aliviar esa inundación interna.
Este tipo de fenómenos psicológicos son bastante comunes. Y, en cierto modo, los podemos calificar de inocuos siempre que sea algo puntual, algo que experimentamos de vez en cuando y durante muy poco tiempo. Ahora bien, el problema aparece cuando esos bloqueos mentales llegan para quedarse durante días, semanas o meses.
Que esto ocurra es lo peor que nos puede suceder porque no podremos llevar a cabo lo que más necesitamos: dejar que las emociones fluyan para derribar ese bloqueo.
Tipos de bloqueos mentales
A pesar de que todos hemos experimentado bloqueos mentales a lo largo de nuestra vida, cabe señalar que no todos tienen el mismo origen. Conocer su tipología nos ayudará a afrontarlos después de mejor manera.
- Bloqueos afectivos. Este tipo de bloqueos tienen, como la palabra indica, un origen emocional. Suceden como causa de la carga de la ansiedad, de un pasado traumático, de determinados tipos de personalidad caracterizados por la inhibición, la timidez, la angustia, etc. Los problemas en el trabajo, con la familia o a causa de una baja autoestima también deriva en bloqueos afectivos.
- Bloqueos cognitivo. En este caso tenemos el típico caso de ese bloque sufrido en el ámbito académico o incluso laboral. Son momentos en que nos quedamos en blanco, en que no sabemos qué hacer o cómo reaccionar.
- Bloqueo ambiental. Este tipo de bloqueo es quizá el menos conocido; surge a raíz de la soledad o de la incomprensión de quienes nos rodean.
Sufro un bloqueo mental ¿qué puedo hacer?
Cuando sufrimos bloqueos mentales, hay algo esencial que debemos tener en cuenta. ¿Es algo puntual o llevamos bastante tiempo experimentando estos fenómenos psicológicos? En caso de que sea algo recurrente es indispensable consultar con profesionales especializados.
Estas realidades afectan a nuestra vida en todas sus parcelas: trabajo, relaciones, bienestar con uno mismo. Así, ¿qué genera esos bloqueos? ¿es el estrés, es un trastorno de ansiedad, es una depresión?
Quizás sea hora de dejar experimentar tensión, de recurrir a esos mecanismos de defensa para permitir que las emociones fluyan, despejando así el auténtico problema. Y en eso, debe ayudarnos un psicólogo especializado. Mientras, en esos bloqueos ocasionales, lo más indicado es seguir estos pasos.
Claves para reducir los bloqueos mentales
- Vuelve atrás. Si nos hemos quedado bloqueados en un momento dado, lo ideal es intentar recordar qué estábamos haciendo antes de esa interrupción mental. Es como hacer un reinicio mental, volver atrás para “refrescar”, para “oxigenar”.
- Reducir tensiones y visualizar. Si estamos ante un examen, una oposición, una entrevista de trabajo, etc., hay una técnica adecuada para evitar bloqueos; son las visualizaciones. Lo que intentamos sobre todo con ellas es evitar tensiones internas y que el cerebro no tenga que recurrir al bloqueo al ver una sobrecarga de emociones. Así que nunca está demás visualizar imágenes dotadas de calma donde sentirnos bien.
- Mindfulness y deporte moderado. Estudios, como los llevados a cabo en la Universidad de Kentucky, Estados Unidos, por la doctora Ruth Baer, nos recuerdan que practicar el Mindfulness nos ayudará a desarrollar una mente más relajada, atenta y capacitada para manejar el estrés. Por otro lado, tampoco podemos olvidar los beneficios del ejercicio moderado para mejorar la oxigenación cerebral, para descargar tensiones y mejorar nuestro estado de ánimo.
Para concluir, recordemos una realidad: un bloqueo mental no es más que un toque de atención. Es un aviso de que hay algo que debemos afrontar o solucionar. Tengámoslo en cuenta.
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