Poseer una mente ansiosa puede ser toda una fuente de tortura. Así, ¿quién no ha experimentado en algún momento, en estos tiempos modernos, el azote de la ansiedad? ¿Quién no ha tenido que negociar con sus nervios para seguir con un proyecto?
De esta manera, nuestras experiencias cotidianas pueden hacernos intuir cómo los trastornos del estado de ánimo y ansiedad pueden convertirse en tan formidables enemigos. Hablamos de una especie de viento en contra que frena nuestro avance.
Por ello, hemos escrito este artículo en el que podrás descubrir las características más importantes de las personas que presentan una tendencia a la ansiedad, ya sea por su carácter o por su disposición vital. Así, si resulta que tú también tienes una mente ansiosa, podrás comprender mejor qué te ocurre como punto de partida para empezar a trabajar en ella.
1- Tendencia al sobreanálisis
Una de las características más salientes de las personas que tienden a sufrir ansiedad es que normalmente analizan demasiado lo que les ocurre. Debido a ello, les cuesta mucho contener las anticipaciones negativas. Van del pasado al futuro sin soltar la mente en el presente.
En muchas ocasiones, la mayoría de los pensamientos que tienen las personas ansiosas son negativos. Esto es porque suelen completar a conciencia la lista de desventajas o carencias de una situación. Por eso, en general las personas con una mente ansiosa tienden a ser bastante pesimistas.
Por último, el pensar demasiado hace que en general nos preocupemos en exceso por lo que pueda ocurrir. Este exceso de preocupación por el futuro está en la base de la gran mayoría de los trastornos de ansiedad. Por ejemplo, el trastorno obsesivo- ompulsivo (TOC) o el trastorno de ansiedad generalizada (TAC), que son difíciles de entender sin esta tendencia.
2- Inseguridad
Multitud de estudios han relacionado los trastornos de ansiedad con la existencia de una baja autoestima. Las personas que no se valoran lo suficiente tienden a mostrar los siguientes rasgos:
- Se preocupan en exceso.
- Evitan situaciones en las que se sienten incómodos.
- Se sienten incapaces de enfrentarse a dificultades.
- Suelen tener problemas en sus relaciones sociales.
Por lo general, estas dificultades se retroalimentan a medida que pasa el tiempo. Así, una persona puede comenzar por evitar situaciones sociales al no sentirse cómoda en ellas; con el tiempo, si repite su conducta, empezará a sentir ansiedad anticipatoria cuando tenga que interactuar con otros y, por último, en los casos más graves terminará por aislarse completamente. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, con la fobia social o la agorafobia.
Por todo lo descrito, una de las mejores formas de combatir una mente ansiosa es mediante el incremento de la autoestima: trabajar para mejorar nuestro autoconcepto puede paliar muchos de los efectos de los trastornos del estado de ánimo.
3- Sensibilidad emocional
Por lo general, los individuos con una mente ansiosa tienden a sentir emociones de una manera más intensa que el resto. En términos clínicos, esto -con matices importantes- es lo que se conoce como Persona Altamente Sensible o PAS.
Las PAS son capaces de experimentar sentimientos positivos de una manera mucho más profunda y ante estímulos que para otros serían más bien neutros. Sin embargo, esta capacidad hará que con los negativos ocurra lo mismo.
Según algunas ramas de la psicología, una de las claves de la felicidad es lograr mantenerse el mayor tiempo posible en un estado de equilibrio. La idea no sería dejar de sentir emociones, sino experimentar todas ellas pero de forma menos intensa, más equilibrada. Para las PAS, por lo que hemos dicho, sería más complicado porque el equilibrio quedaría comprometido por un número mayor de “posibles amenazas”.
4- Expectativas altas
La última de las características principales de una mente ansiosa es que las personas con este rasgo tienden a querer solo lo mejor de cualquier persona o situación. Cuando se enfrentan a una nueva situación, tienden a esperar que todo vaya a salir perfecto, y son extremadamente críticos, tanto consigo mismos como con los demás.
El problema de tener unas expectativas demasiado altas es que es que aumentan mucho la probabilidad de decepción. Por eso, es recomendable evaluar nuestra forma de mirar, encontrando aquellos focos de contaminación que puedan estar sesgando nuestra mirada.
Así, te animo a que te preguntes; lo que ha sucedido, ¿podría encajar en una interpretación diferente?; lo que imaginas que pasará, ¿ocurrirá seguro?
¿Se puede modificar una mente ansiosa?
Aunque la tendencia a sufrir ansiedad, como toda inercia, requiera de un esfuerzo inteligente para cambiarse. Con la suficiente perseverancia y el plan terapéutico correcto, prácticamente cualquier persona es capaz de aprender a pensar de manera más efectiva y mejorar el manejo de sus sentimientos.
Por eso, si consideras que la tuya es una mente ansiosa, no dudes en buscar ayuda profesional. Los recursos que inviertas en este objetivo siempre tendrán un rendimiento valioso.
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