El diagnóstico de la migraña debería hacerse de manera temprana como una medida para tratar de conservar en lo posible la calidad de vida del paciente. Sin embargo, y es aquí donde se inicia el problema, no siempre se derivan a los especialistas más adecuados, las personas recurren a la automedicación (agravando así la enfermedad) y se suele tardar de media entre dos y tres años en poner en marcha una intervención efectiva.
Una migraña no es un simple dolor de cabeza. En realidad, estamos ante una enfermedad neurológica discapacitante que afecta en mayor número a las mujeres y, cuyo manejo, resulta aún tan complejo como desafiante. Algo que indican los expertos es que estamos ante una condición donde no solo es necesario un tratamiento farmacológico. Atender los hábitos de vida e incluso de alimentación es clave.
Asimismo, no podemos dejar de lado el gran impacto que esta enfermedad tienen en nuestra sociedad. En un estudio llevado a cabo en la Universidad de Neuromedicina Trondheim, Noruega, nos señalan que la migraña es la principal causa de discapacidad en personas menores de 50 años. Las bajas laborales originadas por esta condición son las más comunes, según los doctores Timothy Steiner y Lars Stobner, autores de este trabajo.
Ya en el 2006, la Federación Europea de Dolor de Cabeza señaló que la migraña es una epidemia olvidada y que necesitamos, por tanto, no solo mejores recursos e investigación. Además, es prioritaria una mayor concienciación social: se estima que hay un gran número de personas que no han recibido un diagnóstico acertado.
Son muchas las personas que recurren a la automedicación para tratar su migraña. Los profesionales de atención primaria deben remitir a los pacientes a los especialistas para que les ofrezcan un tratamiento adecuado a sus necesidades.
El diagnóstico de la migraña, la enfermedad neurológica más común
La migraña es un fenómeno neurobiológico multifacético. Es decir, implica numerosos cambios neuroquímicos siendo heterogénea en su sintomatología. Hay migrañas de origen vascular que cursan con vértigos y ataxias, también hay quien las padece solo en una época determinada de su vida.
El diagnóstico de la migraña no siempre es fácil. Se suele hacer bastante tarde o incluso de manera inadecuada (puede confundirse con cefaleas tensionales o de esfuerzo visual). Un ejemplo, en el 2018 se llevó a cabo un estudio a nivel Europeo conocido como Eurolight Migraine donde se concluyó con estos mismos datos: estamos ante una enfermedad para la cual, los recursos médicos e incluso sociales, no parecen aún estar lo bastante preparados.
- Los autores de esta investigación, como la doctora Zaza Katsarava, Maka Mania señalan que solo el 33% llega a acudir a un especialista, el resto, o bien recurre a la automedicación o recibe de su médico de atención primaria un tratamiento que no siempre responde a sus necesidades y que por tanto, no mejora la calidad de vida.
- Se sabe incluso, que casi el 50% de las personas que van al médico abandona el tratamiento porque no ve el efecto esperado. Lo cual es un problema, porque si se recurre a la automedicación, se corre el riesgo de que la migraña se vuelva crónica.
¿Cuáles son los síntomas para llevar a cabo el diagnóstico de la migraña?
Los criterios diagnósticos los marca la International Headache Society y son los siguientes:
- La migraña puede presentarse con o sin aura.
- El aura constituye una serie de alteraciones que preceden a la propia migraña. Estas cursan con problemas de la sensibilidad, de la visión, del equilibrio, la coordinación muscular…
- El dolor dura entre 4 y 72 horas y suele ser pulsátil.
- Empeora con la actividad física.
- Durante el dolor aparece uno de los siguientes síntomas: náuseas, vómitos, fotofobia y/o sonofobia (molestias ante la luz, sonidos, olores…).
- Este tipo de dolor de cabeza puede aparecer hasta 5 veces al mes.
Cabe señalar que para realizar el diagnóstico de la migraña se lleva a cabo un análisis clínico completo (examen físico y exploración neurológica detallada).
Tratamiento para la migraña
Lo señalábamos al inicio, el tratamiento de la migraña requiere de un enfoque multidisciplinar. Es decir, no basta con los fármacos, por mucho que deseemos que el paracetamol o el ibuprofeno nos alivien ese sufrimiento, estos no aportan demasiado como medida a medio y largo plazo. Se necesita de medicamentos muy concretos, sumados a otras estrategias tan especializadas como complementarias.Serían las siguientes:
- El paciente debe tener a su disposición todos los datos al respecto de la enfermedad. Debe ser informado de que se trata de una condición neurológica, y que es necesario que lleve un diario de sus cefaleas. Solo así se identifican los desencadenantes y se pueden recomendar estrategias más acertadas (y personalizadas).
- Para los ataques más graves de migrañas, se recetan triptanos o dihidroergotamina, así como antieméticos, que son antagonistas de la dopamina.
- Se recomienda una dieta específica (evitar el café, el vino, queso, chocolate…)
- Asimismo, también es adecuada la psicoterapia para reducir detonadores como el estrés y la ansiedad. En este marco, se suelen enseñar además determinadas técnicas de relajación.
Para concluir, el tratamiento de la migraña parte sobre todo de medidas preventivas para reducir o evitar su aparición. Es necesario por tanto hacer lo posible por recibir un diagnóstico temprano y por contar con la ayuda de un buen especialista.
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