miércoles, 30 de marzo de 2016

FABRICANDO A LA SOCIEDAD ADICTA


Sociedad

Externalización del placer y Dependencia absoluta 

Una vez convertidas en obsoletas las fuentes de placer que nosotros mismos o que las demás personas pudieran ofrecernos, se abriría la puerta a productos comerciales de suministro de placer, por lo que las empresas y grandes corporaciones que nos vendieran esos productos, obtendrían un completo control sobre la fuente de nuestra adicción y por lo tanto, sobre nosotros mismos.  

Seríamos dependientes totales de nuestros suministradores, de forma similar pero mucho más subyugante que la que pueda tener un yonki con su camello, pues nuestra adicción estaría controlada por organismos con los que no podríamos negociar ni contactar a nivel personal.  

Esas organizaciones podrían dictaminar todo tipo de condiciones de obligado cumplimiento a los ciudadanos adictos, con el fin de que éstos se vieran obligados a obedecer para poder seguir disfrutando de las dosis necesarias de placer que alimentan su adicción. 



Fabricando a la sociedad adicta

Muerte de la creatividad humana 

Muchas actividades humanas, relacionadas indirectamente con la obtención o la falta de placer, se verían gravemente afectadas.  

Una de ellas, la más importante quizás, sería la creatividad en todos los campos, desde el artístico hasta el intelectual o científico. 



Pérdida de la capacidad para valorar las cosas 

El acceso fácil al placer inmediato conllevaría daños irreversibles a nivel psicológico, en todos los miembros de la sociedad.  

Primero, porque aquello que se obtiene con facilidad, no se valora lo suficiente.  

Pero aún peor, porque una vez la gente dispusiera de un fácil acceso al placer, todas aquellas cosas que no ofrecieran una descarga instantánea y narcotizante de endorfinas en el cerebro, no serían valoradas en absoluto por las masas adictas. 

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Habría un desprecio absoluto hacia todo aquello que no ofreciera la dosis de placer correspondiente, tal y como le puede suceder a cualquier drogodependiente, cegado por su adicción e incapaz de valorar la vida y las necesidades de los demás.  

La sociedad pasaría a estar formada íntegramente por individuos desconectados entre sí y profundamente egoístas, que solo pensarían: “solo me interesa mi dosis de placer, aquí y ahora mismo y no me importa nada más”. 

Se disolverían las muestras de amor, de empatía, de generosidad, de solidaridad…y tendríamos entre las manos la receta para el infierno en la tierra. 

Condicionamiento por asociación 

Una vez sentadas estas bases, todos los individuos seríamos fácilmente controlables.  

Podrían hacer con nosotros prácticamente lo que quisieran.  

Por ejemplo: 

¿Qué sucedería si esas dosis de placer inmediato estuvieran asociadas a determinados elementos? 

¿Qué sucedería si, por ejemplo, cada vez que viéramos un determinado anuncio publicitario, un escalofrío de placer recorriera nuestra espina dorsal?  

Asociaríamos ese producto con esa sensación de placer concreta y en nuestro cerebro serían indisociables entre sí. 

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La adicción al porno y los videojuegos llevan a una crisis de la masculinidad 

“Nuestra atención se centra en los hombres jóvenes que juegan a videojuegos en exceso y que lo hacen solos en su habitación, aislándose de la sociedad”. 

"Ahora, con la pornografía libremente disponible, algo único en la historia, estos jóvenes realizan una acticidad combinada: juegan a videojuegos y como descanso, ven un promedio de dos horas de pornografía a la semana”. 

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Fabricando a la sociedad adicta

Sociedad

“Para mí, el problema no está en el número de horas que juega, sino en los cambios psicológicos en la forma de pensar”. 

Un ejemplo de la forma de pensar de un joven adicto a los videojuegos y la pornografía; según el chico: 

“Cuando estoy en clase, me gustaría estar jugando al World of Warcraft. 

Cuando estoy con una chica, me gustaría estar viendo pornografía, porque así nunca sería rechazado”. 

“Esto empieza a cambiar la función cerebral. Está cambiando el centro de recompensa del cerebro, y produce una especie de excitación y adicción”. 

“Lo que estoy diciendo es que los cerebros de estos muchachos están siendo reprogramados digitalmente”.  

También mencionó el creciente problema de un fenómeno controvertido en el mundo científico, llamado “disfunción eréctil inducida por el porno”, o PIED:  

“Los muchachos que deberían ser muy viriles, ahora están teniendo problemas para conseguir una erección”. 

“Tienes esta paradoja: están viendo vídeos subidos de tono que deberían excitarlos y en cambio no consiguen excitarse” 

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Una sociedad formada cada vez por individuos más íntimamente cobardes.  

Un ejemplo claro de ello lo encontramos en las cada vez mas omnipresentes páginas y apps de contactos y ligues.  

Cuando empecemos a pensar así, ¿para qué querremos perder el tiempo buscando una persona que encaje con las características exactas que estamos buscando si podemos encargarla directamente como se encarga una pizza? 

Solo tendremos que meternos en la tienda virtual de turno y diseñarla a medida como si fuera un personaje de videojuego. 

“Un poco más de tetas, un culo más respingón, los ojos más grandes…”; la tecnología nos permitirá que en la tienda nos monten el androide con las características que solicitemos y con el software de personalidad de nuestra elección y nos lo enviarán a casa para que disfrutemos de su compañía. 

Y eso nos llevará a la destrucción de la individualidad, de la personalidad propia y única, sentando los cimientos para una sociedad represiva y profundamente enferma, formada por pseudo-individuos clonados que se esforzarán constantemente por adaptarse a la última tendencia de lo que es deseable, sexy y apetecible y que odiarán la “imperfección” de los que no reflejen esas tendencias.  

Dicen que hay una élite que gobierna el mundo y que esa élite está convencida de que el 95% de la población sobramos, que no aportamos nada, que somos irrelevantes y que no tenemos ningun valor, creen que solo servimos para obedecer, para consumir y para contaminar y que el planeta estaría mucho mejor si todos nosotros desapareciéramos.



Fuente: fil.mty.itesm.mx/sites/fil.mty.itesm.mx/files/ebooks/un_mundo_feliz-Aldus_Huxley.pdf

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