Hay momentos en que desearías ser invisible. Te escondes, pones excusas, prefieres no saludar a nadie. No eres el único. No estamos diciendo que realmente odiemos a los demás, es solo que todos necesitamos nuestro… espacio. Cuando las situaciones nos obligan a socializar constantemente, es solo cuestión de tiempo para que busquemos una salida. Una salida “antisocial”, alejada, gruñona y antipática de la que jamás nos arrepentimos. Si tan solo estosmomentos de paz durarán un poco más…
1. Inventar excusas para no ir a una fiesta
Se lo debemos a nuestros amigos, nos mortifica la culpa de dejarlos plantados, pero esa tos que tenemos se siente muy real. Podría ser algo serio. Además, a pesar de que jamás estudiaremos un viernes de noche (probablemente seaNetflix la siguiente opción) no es del todo mentira que necesitamos guardar energías. Es un verdadero sacrificio no ir.
2. Cruzar la calle cuando vemos a alguien conocido
En primer lugar, no es seguro que nos hayan reconocido y además, nosotros también le estamos haciendo un favor a la otra persona al no interrumpirla. Así que miramos hacia un costado, nos tapamos un poco la cara, o directamente, preparamos la huida. ¿Quién nos puede juzgar? Acabamos de esquivar una bala, una bala incómoda e innecesaria.
3. No contestar mensajes en Facebook
“Recién lo veo”. Mentira, te diste cuenta enseguida que tenías un mensaje pero ese es el ritmo de hoy, ¿no? La tecnología está para protegernos de la proximidad. Colegas, conocidos, compañeros, les estamos haciendo un favor en realidad al no contestar. Seguro que no quieren saber de nuestros problemas. Es por su bien.
4. No contestar llamadas al móvil
¿Para qué existen los mensajes de texto, eh? ¿No es ese el punto de escribirse en vez de interrumpir a los gritos con una llamada? Hoy en día, que suene un móvil es señal de alarma. Hay solo dos opciones, que nos llamen para vendernos algo o malas noticias. El contestador automático está ahí para socorrernos, claro que jamás chequeamos un solo mensaje de voz. Seguramente, era mejor no saber.
5. No participar en una clase a pesar de saber la respuesta
¡Exacto! No hay necesidad de alardear. No hay nada que demostrar. Las clases son para soñar despierto, garabatear un cuaderno y pensar en comida. Es más, estoy convencido de que la mayoría de las preguntas de los docentes son retóricas y no buscan, de ninguna manera, que nadie las conteste.
6. Esperar a que todos tomen el ascensor para irte solo
Juntar tus cosas lleva su tiempo. No quieres demorar al grupo. No quieres generar sobrepeso en el ascensor ni quitarles espacio. Tus auriculares se ven tan tentadores. La música después de un larga jornada es lo que necesitas. Así que “accidentalmente” pierdes el ascensor todos los días, y eso te hace feliz. Muy feliz.
7. Teletrabajar o estudiar por internet
Eres tú, la computadora, y tu taza de café. Tu after office consiste en sacar a pasear al perro. ¿Qué más se puede pedir? Tu jefe, tus profesores, están a kilómetros de distancia.
8. Salir a fumar para evitar estar con el resto
Tienes un hábito, un vicio, ¿ok? No lo controlas. Tú no hiciste la ley que discrimina a los fumadores. Estar al aire libre es relajante y no tienes que reírte de chistes que no entiendes.
9. Tocan el timbre y no te mueves
o hay nadie.
10. En una fiesta, los perros del lugar son tus mejores amigos
Son dóciles, juguetones y no hablan. Es ideal. Nada como un animal para mantenernos ocupados y alejados del resto de los invitados. Que agradezcan que viniste.
¿Qué otras estrategias empleas cuando quieres pasar desapercibido?
Fuente: cosas-que-hacemos-a-diario-porque-somos-antisociales-y-odiamos-a-la-gente
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