Cada vez somos más conscientes de lo importante que es cuidar nuestra salud. Lo que comemos, lo que bebemos y otros hábitos pueden influir de forma negativa o positiva en nuestra salud y en la forma en que nos sentimos. Por eso hoy vamos a repasar cosas peores que el tabaco y que forman parte de nuestra vida diaria.
Afortunadamente por fin hemos entendido las consecuencias tan negativas que tiene el tabaquismo para nuestra salud y para la salud de los que nos rodean. De ahí que muchas personas hayan buscado ayuda para dejar de fumar. Pero además del tabaco, también hay otros hábitos que deberíamos abandonar si queremos cuidar de nuestra salud.
Consumir mucha proteína animal
Poca gente puede resistirse al sabroso sabor de la carne y el delicioso sabor del queso en cualquiera de sus variantes. Estos alimentos no son malos, pero pueden ser perjudiciales para la salud si los consumimos en exceso. Los expertos aconsejan moderar el consumo de proteínas de origen animal.
Los estudios llevados a cabo ponen de manifiesto que consumir un exceso de proteína animal puede aumentar hasta cuatro veces el riesgo de desarrollar cáncer y hasta cinco veces el riesgo de padecer diabetes en personas menores de 65 años. Lo que hay que hacer es intentar sustituir las proteínas animales por otras de procedencia vegetal, consumiendo más verduras de hoja verde o frutos secos.
Dormir poco
Dormir pocas horas es otra de esas cosas peores que el tabaco pero en las que incurrimos a diario. El ritmo de vida actual nos hace estar fuera de casa muchas horas por motivos de trabajo o de estudios. El resultado es que cuando llegamos a nuestro hogar todavía nos quedan muchas cosas por hacer y al final nos acabamos acostando muy tarde.
Los expertos recomiendan dormir entre 6 y 8 horas cada noche. Puede que no seamos conscientes de ello, pero dormir poco provoca desequilibrios en el organismo y aumenta la hormona cortisol, que pude generar presión arterial elevada y aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular. Durmiendo las horas adecuadas conseguimos reducir el riesgo de muerte prematura en hasta un 12%.
Tomar el sol con frecuencia
El sol tiene efectos beneficiosos para nuestro cuerpo y de hecho es absolutamente necesario para que nos sintamos bien, pero tomar el sol con frecuencia no tiene ningún efecto positivo, sino todo lo contrario. Exponer nuestra piel y nuestros ojos al sol aumenta el riesgo de sufrir melanoma y sustituir el sol por las cabinas de rayos UVA tampoco es una buena opción.
Los expertos recomiendan usar siempre un factor de protección solar alto cuando nos expongamos al sol, limitar el tiempo de exposición e incluir en la dieta verduras que sean ricas en carotenoides, que protegen la piel y a la vez ayudan a que el bronceado se vea más bonito.
Estilo de vida sedentario
Terminas de trabajar o estudiar y lo único que te apetece es sentarte delante de la tele a disfrutar de tu serie favorita o de un buen libro, pero si haces esto todos los días estás aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de desarrollar otras enfermedades como cáncer de mama o de colon.
Los especialistas aconsejan dejar atrás el estilo de vida sedentario y optar por una vida más activa. Puedes ir al gimnasio a primera hora o después de terminar tus tareas, salir a correr o incluso caminar 30 minutos al día. Si lo haces notarás que tu cuerpo comienza a mejorar rápidamente a la vez que reduces el riesgo de una muerte prematura.
Cocinar con aceites de baja calidad
El aceite es un ingrediente esencial en la cocina, pero tienes muchas opciones entre las que elegir. Muchos eligen el aceite de girasol por ser más barato, pero ahora hay mucha más variedad como el aceite de coco, el de aguacate o incluso la mantequilla. Pero no son todo lo sanos que deberían ser y las grasas que aportan al organismo no siempre son recomendables.
Los especialistas aconsejan cocinar siempre con aceite de oliva lo más virgen posible. No sólo aporta beneficios al organismo, sino que además cuanto menos tratado haya sido menos sustancias químicas tendrá y por tanto menos nocivo resultará para el organismo. Es un elemento esencial en la dieta mediterránea que no debería faltarte en casa.
No ventilar las casas
En verano nos pasamos todo el día con la ventana abierta, pero en invierno da mucha pereza abrir las ventanas y que entre el frío. Sin embargo, cada vez que no ventilas tu casa estás cometiendo un grave error, dejando que se acumule en la misma un aire viciado por ambientadores, el CO2 que expulsamos al respirar, la combustión de las estufas, etc.
Lo ideal es ventilar a diario todas las habitaciones de la casa. Una buena forma de que no se pierda demasiado calor es que lo hagas a primera hora. No es necesario que las ventanas estén abiertas mucho tiempo. Para ventilar una estancia es suficiente con 10 minutos. Pruébalo y ya verás como notas los buenos resultados.
No cambiar las sábanas semanalmente
El cambio de sábanas es un tema complejo y parece que no hay un consenso sobre la periodicidad adecuada para lavarlas. Sin embargo, los expertos parecen haberse puesto de acuerdo en señalar que las sábanas deberían cambiarse como mínimo una vez a la semana, con independencia de si duermes solo o acompañado.
Las sábanas acumulan ácaros y partículas muertas de nuestra piel. No los vemos, pero están ahí. Por eso la ropa de cama (sábanas y pijamas) deben cambiarse una vez a la semana. A la hora de lavar las sábanas mejor hacerlo en agua caliente (unos 60º C) para asegurarse de que se eliminan todos los ácaros que pueda haber en las mismas.
No organizar nuestro tiempo
Todos tenemos una gran cantidad de tareas a las que debemos atender a diario: trabajar, recoger a los niños del colegio, preparar un examen, ir a visitar a un familiar…. esto puede hacer que con frecuencia nos sintamos agobiados por todo lo que tenemos que hacer. Lo bueno es que es un problema que se puede solucionar fácilmente.
Los expertos aconsejan hacer una buena planificación de las tareas pendientes. Con una agenda podemos organizar las tareas de una semana para otra y así sabemos todo lo que tenemos que hacer, si podemos añadir una tarea extra o los ratos en los que vamos a poder disfrutar de algo de tiempo libre.
No buscar tiempo para nosotros mismos
El ser humano es un ser social y son muchas las personas que tienen miedo a la soledad. Sin embargo, un poco de soledad no le hace daño a nadie. De hecho, los especialistas aconsejan guardar cada día unos minutos para nosotros mismos, lejos de todos los demás. Un tiempo que podemos dedicar a pensar, a relajarnos o a disfrutar de nuestro hobby.
Si pasas el día rodeado de personas en el trabajo o en clase y si además al llegar a casa te espera toda la familia, cada uno con un problema diferente, deberías tener al menos 30 minutos para alejarte de todo eso y pasarlos como tú prefieras. Puede ser un buen momento para practicar ejercicios de respiración que te ayuden a desestresarte.
No tener ilusiones o perspectivas
A veces somos demasiado pesimistas y eso afecta a nuestra salud a nivel psicológico y también físico. Cada uno dentro de nuestras posibilidades, deberíamos tener ilusiones o perspectivas por conseguir. Esto nos anima cuando estamos en momentos de bajón y es un motivo para seguir esforzándose.
Por ejemplo, empieza a planear un viaje. No importa si ahora no tienes dinero, puedes ir buscando información sobre tu destino, evaluar diferentes formas de ahorrar, etc. Todo esto mantiene tu mente ocupada con una recompensa que acabará por llegar.
Fuente: Cosas peores que el tabaco y las haces todos los días
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