martes, 19 de septiembre de 2017

¿ES BUENO O MALO HACER LA SIESTA?




A los gatos les encanta dormir la siesta. A los perros también. Y al parecer Leonardo Da Vinci desconectaba 20 minutos cada cuatro horas. Así que, ¿cuál es el problema de echar una cabezadita?
Porque los hay, y a poco que eches un vistazo a la literatura científica al respecto te encuentras con un buen puñado de estudios tirando más bien a negativos. Y es que se ha vinculado a la siesta con un elevado riesgo de sufrir diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y muerte. Un estudio de 2014 publicado en el American Journal of Epidemiology encontró que una siesta de una hora o más a diario incrementa en un 32% el riesgo de mortalidad.

¿Así que significa que la siesta es el nuevo tabaco? Ni de cerca. Muchos expertos la consideran como el síntoma de un problema, no un problema en sí mismo. De modo que hay quien echa la siesta como consecuencia de un pobre sueño nocturno.  
Y ya sabes que el insomnio está relacionado con todo tipo de problemas de salud, desde el Alzheimer hasta la obesidad.
Pero estás zombie durante el día, incluso cuando has disfrutado de una buena noche de sueño, puede que haya un problema subyacente como la apnea de sueño.
Si tus siestas duran 60 minutos o más,  puede que algo no ande bien con tu salud. Coméntalo con el médico de cabecera para introducir cambios durante el día que te ayuden a dormir mejor por la noche.
Mientras que las siestas que duran media hora tienden a ser reparadoras y beneficiosas, las de una hora o más sumergen al cerebro y el cuerpo en las fases profundas del sueño, lo que provocará que te despiertes aturdido y desorientado.

Estas siestas excesivas también pueden interrumpir los relojes circadianos internos de tu cuerpo, disparando tu apetito y niveles de energía.
Para algunas personas (tal vez hasta el 40% de la población) tomar una siesta diaria es la única manera para rendir como es debido.  Sara Mednick, profesora de psicología en la Universidad de California (EE.UU) y autora del libro de Take a Nap! denomina a estas personas como nappers habituales, y asegura que su necesidad puede tener un origen genético. “Sin una pausa diaria estas personas tienden a necesitar café, bebidas energéticas, o cualquier otro producto que los mantenga despejados”, asegura.   
¿Cómo puedes averiguar si eres uno de ellos? Sencillo. Si echas la siesta y te despiertas por tu cuenta de 20 a 30 minutos después, sintiéndote  renovado y revigorizado, es probable que sea un napper normal.
Sea como sea, lo que queda claro es que la siesta no es perjudicial, sobre todo si dura 20 minutos y con ella sustituyes el Red Bull o el café cargado del mediodía. De hecho, en este caso es saludable.
Por otro lado, si estás luchando contra el insomnio e intentas recuperar las horas de sueño con una larga siesta diurna, puede que el remedio termine siendo peor que la enfermedad.  No será fácil, pero saltarse la siesta y reemplazarla con algo de ejercicio mejorará tus probabilidades de dormir profundamente por la noche.

Fuente: www.msn.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario