A veces no estás tan lejos de vivir con plenitud. A veces solo necesitas reenfocar pequeños detalles. A menudo tu pasión está ahí, a la vuelta de la esquina.
Vivir la vida que amas es más fácil de lo que imaginas. Puede que solo necesites darle valor a cosas que parecía que no lo tenían o simplemente mirar las cosas desde un lugar distinto.
Fluir: buscar, encontrar y disfrutar nuestra pasión
El flow (fluir) se refiere a aquellas actividades que nos apasionan y, cuando nos sumergimos en ellas, perdemos la noción del tiempo: podemos pasar horas ensimismados y olvidamos el mundo que nos rodea.
Pero cuidado con la idea de que se trata de encontrar nuestra “pasión”, como si hubiera una sola y fuera algo que está escondido vaya a saber en que recóndito rincón de nuestro ser...
Eso hace que si no se encuentra la pasión, nos sintamos desamparados. Por el contrario, el flow se centra alrededor de una actividad que puede alimentarse y crecer en la medida en que uno se dedica más a ello.
Deseo que estas 8 claves te coloquen más cerca de la vida que deseas vivir.
1. Usar bien el tiempo
Suele decirse que lo urgente no deja tiempo para lo importante. Es muy cierto. Y muy peligroso también. Si nos tapamos de compromisos, pronto nuestra vida se asimilará a la de un experto en explosivos, corriendo siempre para desactivar una bomba tras otra.
Si queremos hacer las cosas que nos gustan, el primer paso es tener tiempo para ellas. Para eso es necesario hacerlo deliberadamente, anotarlo en nuestras agendas y darle a estas actividades al menos el mismo estatuto que a nuestras obligaciones. No dejarlas para “cuando sobre algo de tiempo”.
2. Aprender cosas nuevas
Un profesor mío solía decir que, cuando un terapeuta se aburría con un paciente, era hora de ponerse a estudiar:
“Si te aburres es porque ves siempre lo mismo, y si ves siempre lo mismo es porque sabes poco”
Creo que este diagnóstico puede aplicarse muy bien a la vida en general. Aprender es un modo de que el mundo se enriquezca.
Cuanto más sabes, cuanto más conoces, más detalles y matices puedes apreciar. La vida se vuelve entonces cada vez más interesante. El mundo en el que vivimos nos brinda la tarea de aprender con facilidades en otro tiempo inimaginables. Lo tienes a tu alcance.
3. Cuidar nuestro cuerpo
Gozar de buena salud es indispensable si queremos llevar una vida satisfactoria y rica. Desde llevar una dieta saludable hasta hacer ejercicio con frecuencia, pasando por algunos otros pequeños hábitos, el cuidado del cuerpo es fundamental.
No cuidar nuestro cuerpo va restringiendo, insidiosamente y sin que nos demos cuenta, nuestras posibilidades
Tanto porque cuando perdemos la salud no podemos hacer otra cosa que ocuparnos de ello como porque, cuando estamos saludables, nuestro campo de acción se amplía considerablemente.
4. Abandonar las quejas
La queja es uno de los peores enemigos de la vida plena, dice a un tiempo “esto no me gusta” y “no hay nada que hacer al respecto”.
Está claro que es una receta para pasarlo mal. Así que hay que esforzarse (un esfuerzo enorme, la verdad sea dicha) para abandonar la queja, salirnos de ella rebatiendo cualquiera de los dos postulados que dije que la componen.
Puedo cambiar el primero aceptando lo que es en lugar de rechazarlo o puedo cambiar el segundo focalizando en lo que sí puedo hacer y encarando esas acciones concretas.
5. Estar bien ocupados
Hacer nada es agotador. Una de las cosas que he comprobado una y otra vez en mi consulta es que la inactividad es profundamente deletérea. A menudo, he escuchado a personas decir: “¡Estoy agotado! Pero no sé de qué, si no estoy haciendo nada...”. “Justamente de eso”, suelo responder.
Cuando, por alguna razón, lo que queremos hacer está impedido (como, por ejemplo, tener un empleo) es importante no quedarse a la espera de ello sino buscar algún modo de trabajar para mejorar las oportunidades para que suceda (como podría ser formarse en algún área) o desempeñar otra tarea mientras tanto (como podría ser pintar la casa).
6. Buscar nuestro círculo
Es importante poner énfasis en rodearse de aquellos con los que se puede compartir. Según los estudios más serios que se han realizado acerca del tema de la felicidad, una de las características que diferencia a las personas que se identifican como felices respecto de las que dicen no serlo es un círculo social rico.
En la práctica, para aquellos que no gozan ya de este círculo y que deben armarlo, el modo de hacerlo suele ser misterioso. Los espacios grupales pueden ser una buena forma de iniciar lazos con otros que comparten al menos un punto de interés con nosotros.
7. Confiar en el camino
Parecería que vivir la vida que nos gusta equivaliese a saltar de un placer a otro sin pensar en el después. No creo que ese enfoque funcione, al menos no por mucho tiempo. Si siempre elegimos las satisfacciones inmediatas, la mayoría de las veces nos quedaremos con satisfacciones efímeras y de poca monta.
Las adicciones –a las sustancias o las actividades–: dan un placer instantáneo (o casi) pero efímero y banal.
Aprender a postergar la satisfacción y enfocarse en la construcción del camino permite llegar a mayores gratificaciones y más duraderas.
8. Abrirnos a evaluar de nuevo
Nos llenamos de ansiedad y temor frente a la perspectiva de ciertas situaciones frente a las cuales luego resulta que nos adaptamos bastante bien y, asimismo, trabajamos y nos esforzamos por cuestiones que, una vez alcanzadas, no nos brindan mayores satisfacciones.
No somos tan buenos como creemos a la hora de predecir qué nos hará felices y qué no
Por eso, necesitamos estar siempre dispuestos a reevaluar nuestras creencias respecto de lo que nos gusta o no, o de lo que nos hace realmente más felices o no: descubrir y sorprendernos con ello.
Fuente: www.mentesana.es
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