¿Por qué los niños tienen insomnio?
La causa principal de que los pequeños no logren dormir a la hora adecuada o durante el tiempo suficiente está en la falta de una rutina de sueño. Débora Yoaly Arana Lechuga es investigadora en la Clínica de Trastornos del sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana y explicó a qué se debe esta condición.
En entrevista con el CONACYT, Arana Lechuga enfatizó que las actividades estimulantes antes de la hora de dormir tiene un efecto contraproducente en los hijos. Bebidas como el café, el té verde o la leche con chocolate (una muy querida entre los pequeños) tienen efectos que activan la energía en lugar de incitar al sueño.
El factor más importante en el insomnio infantil y en su reciente aumento en las sociedades modernas es el uso de dispositivos electrónicos durante la noche. La luz que generan los videojuegos, celulares y tablets nos ponen en un estado de vigilia. La razón es sencilla: nuestro cuerpo percibe luz y sabe que es hora de ponerse a trabajar: cuando encuentra oscuridad, sabe que es hora de descansar. Si un niño juega en su tablet antes de acostarse, lo más seguro es que menos dormirá.
Consecuencias del insomnio infantil
Uno de los estudios realizados por la Clínica de Trastornos del Sueño encontró que entre menos dormía un pequeño, su índice de masa corporal era mayor, lo cual puede desencadenar enfermedades como sobrepeso, obesidad y diabetes. Por lo general, estos problemas se relacionan a la alimentación y al ejercicio, pero es importante reconocer la importancia de una buena noche de sueño para mantener un peso saludable.
Además de los efectos negativos en la salud física y psicológica, existen estudios que demuestran que los adolescentes que no durmieron de manera correcta durante su infancia tienen un riesgo mayor a padecer depresión y tener conductas de riesgo.
¿Qué hacer para evitar el insomnio?
La investigadora Arana Lechuga remarcó que la clave está en establecer una rutina antes de ir a la cama y ser constante en ella, es decir, llevarla a cabo todas las noches, a la misma hora, sin excepción.
No se trata de crear un ritual complejo, puede ser tan sencillo como lo que ya llevas a cabo en tu hogar. Cenar, lavarse los dientes, ponerse la pijama, tener alguna actividad relajante (como platicar o leer un cuento) e irse a la cama. Lo esencial está en repetirla a la misma hora todos los días. Así el cuerpo de tus hijos se acostumbrará y aprenderán a qué hora deben dormir.
Fuente: ¿Tu hijo no puede dormir? Tal vez deberías evitar esto por la noche
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