jueves, 27 de septiembre de 2018

DOLOR CRÓNICO, UNA ENFERMEDAD INVISIBLE

El dolor crónico, epidemia que afecta a millones de personas en todo el mundo, constituye una enfermedad silenciosa, invisible para quienes no lo padecen. Una psicóloga clínica, también paciente, apoyada por un especialista en dolor, aborda con profundidad y delicadeza qué significa sobrellevar el dolor para disfrutar de una calidad de vida óptima



¿Qué es el dolor?, ¿qué tipos de dolor existen?, ¿qué efectos tiene sobre el estado anímico?, ¿cómo podemos vivir con ello?. Gracias al libro “Sobrevivir al dolor” ( Plataforma editorial), Grela Bravo, psicóloga clínica y mediadora social e intelectual de la mano del doctor Antonio Collado Cruz, especialista en reumatología y dolor, trasciende la perspectiva científica y clínica, saltando la barrera de la invisibilidad que caracteriza al dolor crónico, situando en el eje de su discurso a los pacientes aquejados por él.
Porque ella misma lo sufre en carne propia y porque, como señala en la introducción, en relación con el dolor “hay una especie de tabú consensuado y transcultural en su expresión. Está prohibido mostrarlo más allá de lo permitido y tolerable. Hacerlo se señala como algo impúdico, exhibicionista y negativo“.
La autora divide el ejemplar en tres partes; antes, durante y después. Se trata de una “guía testimonial” que, a parte de explicar las diferentes caras del dolor, ofrece propuestas para que los pacientes que padecen esta patología fantasma planten cara al dolor.
Desde sus propias vivencias personales, demuestra cómo “hacer de tripas corazón” y extrae la parte positiva de este problema exponiendo que es posible vivir con ello y a la vez ser feliz. “Para mi afrontar el dolor es ayudar a otras personas a que intenten desprender el dolor físico del sufrimiento emocional porque la actitud mide la distancia entre el dolor y el sufrimiento”, afirma.

Doble intención

Bravo comenzó a escribir enfocando el dolor desde diferentes perspectivas dándole una visión de transversalidad; los enfermos han de vivir con el dolor pero no solo ellos, también aquellos que les rodean. “La mayoría de las veces me dirijo a las personas que lo padecen pero también al colectivo sanitario”, asevera.
Además, según la autora “vivimos en una sociedad que  intenta negar por todos los medios el dolor, en expresiones artísticas o culturales, en la educación, en la música, en la publicidad…. todas intentan anular el dolor y esto imposibilita a aquellas personas que lo sufren poder compartirlo con los demás”.

Desmontando mitos

Es cierto que “una persona que padezca dolor crónico está condicionado y su vida está delimitada, pero no hemos de confundir eso con que sea un desvalido, puede hacer vida normal si consigue adaptar sus biorritmos”, explica.
Hay que ponerse unos límites, pero no unas limitaciones. “Muchas veces para llevar a cabo una actividad, las personas que sufren dolor, necesitan más tiempo para desempeñarla. Hay que desmitificar que aunque se tenga una apariencia de enfermo, padecer una patología no te quita dignidad”, concluye la autora.

Fuente: www.efesalud.com

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