jueves, 5 de marzo de 2020

A MAL TIEMPO, BUENA CARA ¿ES ESTO REALMENTE POSIBLE?


La fórmula de mantener la sonrisa por muy oscuro que esté el día no siempre funciona; no en todas las personas. Cada uno de nosotros lidiamos con las tristezas y las épocas complicadas de un modo, y no, no siempre podemos estar alegres.


«A mal tiempo, buena cara». ¿Cuántas veces hemos escuchado esta expresión? Somos conscientes de que muchos de estos dichos o bientencionados refraneros encierran a menudo unas pinceladas de reluciente sabiduría. Sin embargo, si analizamos con objetividad algunos de estos mensajes, descubrimos que no siempre es fácil cumplirlos, porque a veces los malos tiempos no permiten expresiones alegres.
«Cuando la noche es más oscura, más brillan las estrellas». Esta es sin duda otra de esas frases que tanto nos gustan, la misma que se comparten miles de veces y que nos ha inspirado en más de una ocasión. Ahora bien, algo que nos señalan expertos como los psicólogos Tim Lomas e Itai Ivtzan es que con este tipo de recursos lingüísticos estamos elogiando en exceso la capacidad de ver siempre, y en cada momento, el lado más reluciente de la vida.
Habrá sin duda quien pueda lograrlo. Abundan como sabemos ese tipo de personas que se reponen con acierto y habilidad ante cada golpe de destino y cada revés. Sin embargo, la realidad es otra. La cruda realidad es que no todos disponen de ese botón mental que activa la resiliencia o la fortaleza psicológica, esa que no siempre viene de fábrica.
Así, los psicólogos antes citados, Lomas e Ivtan, abogan por abrir una nueva era en la llamada psicología positiva (esa de la que ellos mismos son representantes). En este nuevo enfoque se enseña y se guía a las personas a transitar por esos días oscuros. Porque, cuando llega el mal tiempo, a veces no hay más remedio que pasar unos días bajo un paraguas.
Sabemos que saldrá el sol y que las nubes escamparán, pero mientras tanto, hay que aprender a caminar bajo la lluvia.

Mano bajo la lluvia representando que a mal tiempo, buena cara

¿A mal tiempo, buena cara? No, no siempre es posible

Sabemos que la actitud lo es todo. Entendemos muy bien que con un enfoque positivo y esperanzador las dificultades se superan de una manera más adecuada. Así, cuando nos recuerdan aquello de que «a mal tiempo, buena cara» no podemos más que asentir, comprendiendo que lo adecuado es intentarlo y no perder la sonrisa pase lo que nos pase.
No obstante, por más que nos esforcemos, esto no siempre es posible. Por otro lado, que esto sea así no solo es normal, sino también permisible. Porque a veces los días malos se encadenan unos con otros, y una mala semana se convierte en una mala temporada. No hallar fuerzas para sonreír y mostrar al mundo buena cara también es aceptable.
En el libro Segunda ola de la Psicología positiva: abrazando el lado oscuro de la vida, los doctores Tim Lomas e Itai Ivtzan, nos señalan que ha llegado el momento de cambiar el enfoque. Nos hemos pasado demasiado tiempo enseñando a las persona a ser felices. Tal vez sea el momento de mostrar cómo lidiar con la infelicidad. Saber manejar las situaciones complicadas es quizá lo que más necesitamos a día de hoy.

La psicología positiva está madurando, es momento de aprender a lidiar con el mal tiempo

La psicología positiva es una de las ramas de psicología que más ha crecido en las últimas décadas. Desde que Martin Seligman la introdujera, esta corriente se ha expandido y florecido de manera imparable. Ahora bien, cabe matizar que también es una de las más incomprendidas.
Asumir que se limita de manera exclusiva a darnos consejos a modo de receta para que logremos ser felices es un error. En la actualidad, la psicología positiva sigue madurando y, conceptos como la resiliencia, el desarrollo humano, la superación o incluso la espiritualidad, están dando paso a otras corrientes.
Lo mal llamado «negativo» también tiene su espacio en este encuadre. Pérdidas, desafíos, incertidumbres, cambios imprevistos, el estrés o la depresión ocupan ya su lugar en la llamada segunda ola de la psicología positiva. Porque mensajes como «a mal tiempo buena cara» hacen que quien no pueda dibujar sonrisas en días de lluvia se sienta aún más fracasado.

Hombre con nube y lluvia pensando que a mal tiempo, buena cara

«A mal tiempo, buena cara», ¿qué hacer cuando no lo conseguimos?

Intentar estar bien, cuando por dentro hay lluvia y pedazos rotos, es una forma terrible de sufrimiento. Lo más triste es que nos han educado para hacerlo. Nos han enseñado que las penas se disimulan y que lo más adecuado es dibujar sonrisas y aparentar infalibilidad, aun cuando no podamos con el peso de la vida misma.
Debemos tenerlo claro, frases como a mal tiempo, buena cara nos pueden llevar a equívocos. No todos logran aplicar esa actitud de superación y confiada esperanza. A veces, estamos obligados a asumir, aceptar y transitar por las tristezas, a vivir nuestros duelos sin mostrar ni una sola sonrisa. Porque lo que no se siente no debe forzarse; cada cosa tiene su tiempo.
Ahora bien, hay algo que debemos comprender. Cuando llueve, todos llevamos paraguas o impermeables; nos protegemos, tenemos herramientas. Con las épocas de adversidad sucede lo mismo. Cada uno de nosotros tiene la misión de hallar aquellas estrategias que más nos funcionen, porque no todas las personas somos iguales ni sobrellevamos las dificultades del mismo modo.
Saber comunicar lo que nos ocurre, ser valientes para pedir ayuda, darnos tiempo para sanar, gestionar emociones o cuidar de la calidad de nuestros pensamientos son siempre buenos «paraguas» que tener a mano. Porque es posible que tras el mal tiempo vuelva a brillar el arco iris, pero hasta ese día, hay que lidiar con la tormenta. El modo en que lo hagamos nos determinará. Tengámoslo en cuenta.

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