Es verdad que internet es una ventana abierta al mundo y al conocimiento. Y casi todo el mundo tiene su nombre y su espacio en las redes sociales que la red brinda a las personas. Las motivaciones son variopintas y casi siempre podemos sacar algo positivo de nuestro contacto con los demás, pero algunas veces hay efectos indeseados que nos pueden perjudicar gravemente. Desde posibles timos, a ataques contra nuestra privacidad, que son muy graves a pequeños roces con nuestra pareja que pueden convertirse a un escollo difícil de sortear.
El caso es que cuando ponemos en relación la vida en pareja y las redes sociales conviene recordar que la revista Cyber Psychology and Behaviour Journal publicó en 2013 un estudio según el cual, desde el 2004, año de la creación de Facebook, esta popular red social ha estado la causante de 28 millones de rupturas de pareja en el mundo. No es el único estudio sobre este fenómeno. Una tesis doctoral de un estudiante de doctorado de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Missouri reveló, tras entrevistar a casi 600 personas que los usuarios más activos en Twitter suelen a tener conflictos con sus parejas sentimentales, llevándolos en algunos casos a la infidelidad, la separación y el divorcio. ¿Qué influye en ello? Sirva como ejemplos que el último estudio preguntaba cuestiones básicas sobre el tiempo registrado en dicha red social, la periodicidad con la que publican mensajes, o si revisan su timeline e interactúan con otros usuarios, a través de mensajes directos o respuestas públicas. ¿Qué está pasando? ¿por qué tantas rupturas sentimentales causadas pro internet?
1.- ¡Suelta el móvil de una vez!.- Nada debe importar más que lo real, aquello que te afecta a ti y a la gente que te importa en este momento. En el aquí y el ahora. Y puede que no haya vida más estimulante que aquella que puedes cambiar desde lo inmediato. Y a la vez, ¿hay algo más irritante que tratar de mantener una conversación con alguien que está constantemente con el móvil y pendiente de las redes sociales? Si te interesa más compartir lo que haces con tus contactos o saber lo que ellos cuelgan que lo que te está diciendo aquí y ahora tu pareja estás enviando un claro mensaje de cuáles son tus prioridades.
2.- Ese poderoso medio de control: Las redes sociales suponen una verdadera y cionstante intromisión a las vidas ajenas, mucho más a las de tu pareja que para eso conoces las claves de su perfil.Con un simple vistazo al perfil de las redes sociales de nuestra pareja podemos saber dónde ha estado, con quién, ver a sus amig@s y muchas cosas de su pasado. Está claro que todo ello dependerá de su actividad o lo que comparta, pero hay que ser consciente de que puede ser un medio de control si se utiliza mal y se suelen dar situaciones detener que dar explicaciones de lo que has hecho y con quién o por qué una antigua amiga te ha comentado tal foto.
3.- Los celos y su peor aliado: Hay que tener claro que los celos y el amor no son compatibles. Nadie quiere más por ser más celoso o celosa. Y solo la confianza y la madurez personal suponen un verdadero dique de contención para la inseguridad de muchas personas. Esta inseguridad está íntimamente ligada a los celos, el pan de cada día en las redes sociales. En un entorno de pareja invadido por la desconfianza, la redes sociales no son el mejor medio para relacionarse. Y es que una persona celosa que vea que su pareja tiene muchas amistades con las que interactúa a diario podría comenzar a espiar en las redes para obtener más información.
Por otro lado, la misma persona que sufre por culpa de los celos incontrolables y puede hacer sufrir a los demás, puede sospechar si ve que su pareja no cuelga información de su relación y relacionarlo con que la oculta a personas interesadas. Un arma de doble filo y un peligroso arma.
4.- Hay gente a la que no le gusta aparecer en internet... ¿Lo sabías? Hay quien asegura que si no apareces en internet es que no eres nadie. Pero debes tener en cuenta que existen personas que no quieren ser alguien.
¿A qué viene esto? A menudo ocurre que otro motivo de enfrentamientos y discusiones suele ser el de las etiquetas de las fotos. Las indiscreciones son una grave falta de respeto aunque y aunque a ti te encante hacer fotos de lo que haces, comes o a quién ves, cuando convives con alguien es recomendable preguntar a tu novi@ si le importa que hagas eso, sobre todo si observas que él/ella no hace lo mismo que tú. Cada cual tenemos una forma de actuar.
5.- Una ventana abierta al pasado de cada uno: Es difícil escapar del pasado una vez que estás inmerso en el océano de las redes sociales. Son terreno abonado para sorpresas desagradables y conviene estar ojo avizor. En ese entorno, la relación con las exparejas merece capítulo aparte si conservas su contacto en tus redes sociales. Tu actual pareja puede que no aprueba esa especial relación sobre todo cuando comenta o halaga tu aspecto físico actual . Se va a fijar más en ese comentario que en los demás.
Con todo, en una relación madura de deseable confianza mutua, una forma muy abierta de relacionarte con tus ex no debería dar lugar a los celos.
6.- Malentendidos por chat: Hay errores funestos que es imposible borrar y cosas que se escriben sin pensar, de una manera irreflexiva. La comunicación verbal ha sido desbancada por el chat. Y es que cada vez hacemos menos llamadas a nuestra pareja y las sustituimos por mensajes online o en las redes sociales, es rápido, gratis y nos sentimos más cómodos. El problema es que por escrito no podemos expresarnos igual que cara a cara y que hasta los emoticonos pueden ser malinterpretados. Un consejo importante es que cuando lo que pretendes decir sea importante, expl´calo de viva voz
7.- Multiplicación de posibilidades: Las redes sociales son espacios inmensos de interacción con otros seres humanos y como tal nos abre al universo de la acción social, como espacio de libertad, de apertura, de encuentros inesperados o no, que nos generan nuevas posibilidades... de todo tipo. El problema es que no todas las personas lo aprovechan de la misma manera. Es decir, no todos están dispuestos a lo mismo, a entablar nuevas relaciones, a enamorarse de conocidos o extraños.
¿Qué pasa con los celos? Ese inmenso océano no es del todo 'borrable'. Las huellas digitales producen infinidad de datos sobre nuestras acciones: indican, apuntan, desvelan, pero también, despistan, confunden e inundan. Estar abierto a múltiples relaciones -de todo tipo- puede generar desconfianza por la percepción que se tenga de la disposición del otro a buscar nuevos comienzos.
Fuente: www.que.es
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