miércoles, 10 de febrero de 2016

LA VIDA: UN GUION ESTABLECIDO. LA CRUDA REALIDAD ADULTA


La Vida: Un Guion Establecido. La cruda realidad adulta!

“Y de repente te encuentras al borde de un precipicio, sin brújula, sin mapa. Miras hacia atrás y, seguidamente, hacia delante y te preguntas: ¿y ahora qué?” 

Desde que nacemos nos han enseñado a controlar las cosas que nos rodean: nos dijeron cómo teníamos que vestir, qué teníamos que aprender y qué cosas debíamos evitar, todo ello para acabar convirtiéndonos en parte del engranaje de la sociedad en la que vivimos. Tú come, estudia, ve a la universidad, trabaja, cásate, cómprate una casa, un coche, ten hijos, jubílate y muérete, así, rapidito y sin molestar. Resulta desalentador cuando se resume la vida desde esta perspectiva, como la de un tránsito que va desde que nacemos hasta el día que exhalamos nuestro último aliento. 



la vida

Así nos venden la vida, como si del mismísimo Show de Truman se tratase. Pero al final, siempre llega el día en el que la realidad supera la ficción. Pasan los años, caminas, y de repente te das cuenta de que estás cansado de andar en la misma dirección, esa que tal vez ayer sí, pero que hoy, ya no te llena. Es el riesgo de marcarte grandes metas, de entender la vida como un solo camino hacia una única cima; una vez alcanzas la cumbre sientes un vacío enorme, y te ves de puntillas al borde de un precipicio, sin brújula ni mapa, sin asesor ni almohada a la que llorarle. Miras hacia delante y te preguntas: ¿y ahora qué? 

dificultades de la vida

Por suerte, hay matices, personas, eventos trascendentales en nuestra vida que irrumpen inesperadamente, como un giro de guion de lo presumiblemente establecido. Y te das cuenta de que esa vida programada, ese miedo al vacío, esa sensación de descontrol, hace el paseo más interesante. Te das cuenta de que no siempre seguir los pasos marcados te llevará a tu destino, que te enamorarás y te romperán por dentro, que te equivocarás y harás daño. 



Pero verás que merece la pena salir, caerse y volverse a levantar. Te darás cuenta de que las riquezas no se miden en ceros en una cuenta corriente. Y también de que tu casa será el sitio donde cuelgues tu sombrero, que dejar el “trabajo de tu vida” para iniciar tus propios proyectos te salvará la vida. 

la cruda realidad

Que lo que entendías en el colegio como familia no es únicamente la conformada por los de tu sangre. Que igual encontrarás a alguien que soporte tus manías, y que tú desearás convivir con las suyas. Pero oye, que igual no. 

Que si tienes hijos o no ya veremos, pero que si llegan será fantástico y sin duda el mejor trabajo al que destinar tu tiempo. Que sí, que te jodes, pero que sepas que te morirás, pero te dolerá mucho más ver como los tuyos se van, a veces incluso sin avisar y sin poder despedirte. 

Que la vida no tiene un guion adaptado al gusto del actor, y que sentirse a veces perdido es la mejor manera de seguir encontrándose uno mismo.
 

Y pobre del que siga el guion establecido, porque ese ya nació muerto. 



Cuando Tu Estilo De Vida No Te Deja Cumplir Tus Sueños 

problemas que enfrentamos los adolescentes

Todos en algún momento nos hemos quedado con la mirada perdida y una mueca en la cara, y nos hemos preguntado: ¿Qué coño estoy haciendo con mi vida? Suele coincidir con el día en el que te das cuenta de que tienes un montón de sueños por cumplir, pero que llevas una vida que está en completa oposición a eso que quieres. Alguna vez habrás escuchado aquello de “no se puede estar en misa y repicando”. Y jode, pero es completamente cierto. 

felicidad

Porque a todos nos gustaría pasarnos la vida de fiesta en fiesta, ‘perdiendo’ el tiempo con los amigos o viajando cada dos por tres. Pero los sueños tienen un precio, que los objetivos no se consiguen si no se hace nada para ello. Cuando te propones algo, estás firmando un contrato invisible por el que te comprometes a dar parte de tu tiempo y a sacrificar ciertas cosas para cumplir con tus metas. 

Lo que pasa es que cuando estás acostumbrado a un estilo de vida, cambiar cuesta mucho, así que dices “bueno, ya si eso mañana, poco a poco”. El mañana se convierte en la semana que viene, luego en un mes… y cuando eres consciente de lo que está pasando llevas un año persiguiendo un sueño imposible, imposible porque tú no estabas cumpliendo con tu parte del contrato. Y durante todo ese tiempo te preguntabas por qué diablos no avanzabas, cuando la realidad es que no lo hacías porque no querías. 

En este punto, lo primero que debes pensar es si realmente quieres aquello que te habías propuesto. Tal vez, si no te has esforzado lo suficiente, es simplemente porque en el fondo esos sueños no te importaban tanto como creías, no te motivaban lo suficiente. En este caso tu mejor opción es reflexionar y buscar otra meta que te haga moverte. No pasa nada por cambiar de idea, hoy en día tenemos demasiado idealizado aquello de “no te rindas”. 

Por otro lado, cabe la opción de que sí quieras seguir adelante pero que no acabes de encontrar la fuerza de voluntad para cambiar tu rutina, para reducir el tiempo que le dedicas a hacer todo eso que tanto te gusta. Lo único que te podemos decir es que pienses lo siguiente: ahora estás muy bien, eres joven y no tienes prisa por cumplir tus objetivos. Pero por el camino que vas, no avanzas, llegará el día que no habrá margen y que tengas que desistir no porque no quieras hacerlo, sino porque ya no podrás. Y ese “¿qué coño estoy haciendo con mi vida?” se convertirá en “¿qué coño he hecho con mi vida?”. No creo que sea una sensación agradable. 

Así que solo te queda preguntarte: ¿Vale la pena sacrificar el futuro para vivir un presente que no lleva a ningún sitio?
 


El contenido del post no es de mi autoría, y/o, es un recopilación de distintas fuentes.

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