jueves, 28 de abril de 2016

LA VERDAD SOBRE EL CORTE DE DIGESTIÓN


La verdad sobre el corte de digestión

El corte de digestión no existe, son las madres. Y es que la típica frase de que hay que esperar dos horas después de comer para darse un chapuzón es más mito que realidad. En Knowi nos lo aclaran.
Y es que más que de corte de digestión, tenemos que hablar de shock termodiferencial. Explican los expertos que lo que normalmente hemos entendido como un corte de digestión es realmente un cambio brusco de temperatura que recibe el nombre de shock termodiferencial. Después de estar varias horas expuesto al sol, sumergirse de manera abrupta en un agua fría nos puede provocar vómitos, naúseos, lipotimia, diarreas e incluso, en casos extremos, paro cardíaco.
Este proceso tiene lugar porque, después de acostumbrar a nuestro cuerpo a una temperatura más o menos elevada durante horas, el organismo con el cambio térmico experimentado sufre una vasoconstricción periférica, es decir, nuestro organismo necesita enviar más sangre al cerebro y para ello contrae los vasos sanguíneos periféricos y reduce la frecuencia cardíaca. La sangre que estaba trabajando en el proceso digestivo o en otros órganos (tras el ejercicio) deja de hacer esa función para dirigirse al cerebro. Y los síntomas pueden comenzar en cualquier momento.
Playas, ríos, piscinas, pantanos...cualquier sitio es bueno para relajarse y refrescarse con las altas temperaturas veraniegas, pero siempre con precaución, porque la idea de refrescarse rápidamente con un chapuzón puede tener consecuencias, y en esto sí que aciertan las madres: "báñate poco a poco". El objetivo es ir adaptando nuestro cuerpo de forma progresiva al cambio de temperatura, mojando primero el estómago, la nuca, las muñecas...
Y aunque es cierto que el término "corte de digestión" no es el correcto, la ingesta de comida también está relacionada con todo este proceso, ya que el cambio tan brusco de temperatura hace que la digestión se detenga, ya que el flujo sanguíneo se mueve a otros órganos. Ocurre lo mismo con el ejercicio físico. 
Los primeros síntomas suelen ser los mareos y escalofríos. Es el momento de salir del agua. Pueden aparecer también vómitos, visión borrosa, diarreas y por último pérdida del conocimiento e incluso el paro cardiaco. Es básico por tanto abandonar el agua cuanto antes para reducir así las probabilidades de ahogamiento.
Cómo evitar el shock termodiferencial. 

Las dos horas después de la comida es sólo un tiempo estimado. Depende de la persona, de la cantidad de comida y del tipo de comida.
Fundamental entrar en el agua poco a poco humedeciendo partes claves del cuerpo como las muñecas, la nuca y el estómago.
En el momento en el que sintamos el primer síntoma, abandonar el agua.

Fuente: www.que.es

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