Los fármacos nos salvan la vida. Pero, ¿cómo lo hacen? En la web Knowi nos lo explican.
Los medicamentos tienen una gran variedad de mecanismos por los cuales pueden hacer su efecto, pero esos mecanismos, y lo más importante, el efecto que hacen, dependerá de una variedad de factores que pueden determinar si es efectivo o no.
Los medicamentos los podemos encontrar en forma de pastillas, jarabes, ampollas, cremas, viales, suspensiones, supositorios, emulsiones... cada una de estas presentaciones o formas farmacéuticas tienen una clasificación y podemos encontrar un mismo principio activo (sustancia que ejerce la acción farmacológica) en más de una forma farmacéutica. ¿Pero a qué se debe esta variedad?
Los principios activos de los fármacos poseen propiedades físicas y químicas que los hacen lo que son y dependiendo de éstas son vulnerables a ciertos factores ambientales y hay que proteger ese principio. Además las formas farmacéuticas logran un buen efecto farmacológico, que después de todo es la razón de ser de un medicamento. Resulta que nuestro organismo tiene muchas formas de absorber las sustancias, las cuales tienen como destino la sangre. Las sustancias pueden llegar a la sangre a través de varias vías: por vía oral (a través del tracto gastrointestinal, mediante píldoras, emulaciones, líquidos...), por vía cutánea (a través de la piel mediante pomadas, por ejemplo), por vía rectal (supositorios por el recto), por vía vaginal (a través de la vagina), por vía subcutánea (bajo la piel con jeringas, por ejemplo), vía sublingual (debajo de la lengua). Y existe una vía llamada intravenosa que al inyectar el fármaco directamente en sangre el cuerpo no necesita absorberlo.
Para explicar cómo funciona un fármaco vamos a escoger el ejemplo más común, la pastilla. Ésta es tragada con ayuda de algún líquido, baja por el esófago hacia el estómago, en el estómago el medicamento puede o no disolverse, eso depende del fin de este. Una vez en el intestino éste es el encargado de absorber los nutrientes de las comidas y por lo tanto también puede absorber fármacos. De ahí pasan a la sangre, ya que el intestino está rodeado de una gran cantidad de vasos sanguíneos y una vez en la sangre y como hacen los nutrientes de los alimentos, el principio activo o fármaco se distribuye por todas las células del cuerpo. Una vez haga su acción, el principio activo sigue circulando en la sangre hasta llegar al hígado.
El hígado es el órgano que se encarga de limpiar la sangre, esto se debe a que en el existen muchas enzimas que modifican la estructura del principio activo para hacer que sea más hidrosoluble, pero no solo de los fármacos, lo hace todo el tiempo con muchas de las cosas que comemos o ingerimos y de esta forma poder excretarlo por la orina. Aquellos principios activos que no se pueden volver más hidrosolubles, son excretados por las heces.
Una vez en el principio activo llega a la célula después de la absorción, el fármaco o principio activo llegará a unas proteínas con formas peculiares llamadas "receptores" situados en la membrana de la célula. Cada uno de estos tipos de receptores activará una función en la célula. El fármaco es capaz de estimular los receptores para que se activen o pueden hacer que estos queden bloqueados para que se detenga una función de la célula. Por todo esto que hemos explicado es tan importante no automedicarse y acudir al médico cuando sientas los primeros síntomas de que algo no va bien, ya que cada fármaco tiene una actividad diferente en nuestro organismo y es muy importante seguir el tratamiento específico para cada uno de ellos durante el tiempo que el médico considere, ni más ni menos.
Fuente: www.que.es
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