jueves, 6 de julio de 2017

FORMAS DE GANARLE DISCUSIÓN A TU PAREJA CON UNA SOLA PALABRA


Formas

Recuerda en todo momento que lo que más deseas es tener la razón, no pelear afanosamente ni desesperar al borde de la locura a tu ser amado. Sí, quizá no llegues a nada en muchas de las confrontaciones, probablemente no se hace de mucho esperar ese lapso desesperante en que ya no sabes ni siquiera en qué insistes, tampoco recuerdas el minuto exacto en que inició el round y de dónde sacas tanto aliento para argumentos repetitivos, lo que se persigue aquí es no dejarse vencer y demostrar un punto importante: nadie puede con tus veredictos. 



Vale la pena discutir en una relación. Siempre. Llevar los desacuerdos hasta el límite no es sinónimo de quiebre irreparable o enfado inmortal; una buena disputa sirve para afianzar los acuerdos y establecer mejor los límites de entendimiento entre dos, y eso nadie lo sabe mejor que tú. Enojarse sin ton ni son, gritar hasta las cimas de la furia, ¿para qué? Eres más inteligente que eso y aunque tu pareja podría tener la razón, tú tienes el poder de hacerte escuchar y arrinconar a cualquier opinión con el convincente sonido de tu voz. 

Ambos podrán tener bases suficientes para defender sus posturas; sin embargo, esto se trata de establecer sin lugar a dudas que tu juicio es el más fuerte. 
De acuerdo con la Asociación para la Ciencia Psicológica en Norteamérica y uno de sus grupos de expertos, el cual se dedicó por suficiente tiempo en diseñar un estudio sobre las victorias durante una discusión, tomando como escenario de prueba el campo político estadounidense, es que podemos concluir lo rápido y sencillo que es ganar un debate. El secreto radica, sin tantas vueltas a su alrededor, en una sola palabra. Cómo.
 

Ganarle


Es decir, preguntar sobre el cómo, en lugar de preguntar el por qué de las cosas, decisiones o posturas es la clave para coronarse con laureles de triunfo. ¿La manera de hacerlo? Simple. 

Pregúntate si esta lucha merece la pena. 

Una vez aclarado este punto, pues ganar no se sostiene de tener la razón, sino de tener la relación en sí, entonces es momento de escuchar la opinión del otro y encontrar la médula de su sugerencia. Si esto no se hace, será difícil debatir realmente. 

Cuida lo que dices más allá de las palabras 

En otras palabras, demuestra atención y apertura, aunque estés ardiendo por dentro. Una expresión serena es lo mejor, no sonrías ni frunzas el entrecejo; no provocas con tu lenguaje corporal. Haz todo porque siga hablando y revele sus ideas por completo.
 



Separa a la persona del problema 

Tener una discusión, recuérdalo, no tiene porqué terminar en drama. Conteste lo que conteste, juegues la táctica que juegues, el asunto se resume en que seguirán en esto juntos aún después del score final, ¿no es así? 

No te dejes llevar por la mente fría 
En efecto, la lógica y la estrategia son primordiales, pero la inteligencia emocional también importa. Verifica que tus emociones sean las adecuadas para persuadir o negociar, y que las circunstancias sean las idóneas para que tus argumentos sean escuchados.
 



Estudia tu argumentación 

Cuestiónale, debátele, insiste en algún punto donde sepas que querrá intervenir y haz que que su postura quedé vulnerable frente a la tuya. Una vez hecho esto, resumiendo los puntos anteriores también, verifica que tenas argumentos más fuertes y emítelos hasta entonces. 

Concede 

Toma en cuenta que sus argumentos y soluciones, quizá defensas, pueden tener algo de validez. Reconócelo, expresa lo bastante que valoras su punto de vista, hazle sentir seguridad y disposición a escucharte.
 



No te alteres y pregunta 

No te pongas a la defensiva, no muestres agresión y tampoco te tenses. Respira y entonces, con un tono sumamente calmado, con una mirada de verdadero interés, pregunta ante sus defensorías o sentencias: ¿Cómo? Si hace falta un poco más de precisión, adecúa el adverbio a la situación. 

¿Cómo es que llegaste a esa conclusión? 

¿Cómo llevarías a cabo esa idea? 

¿Cómo lo solucionarías? 

¿Cómo harías para que eso no vuelva a ocurrir?
 



Generalmente, como respuesta a estas preguntas, sólo hay una metodología poco clara o un vacío de análisis que se soluciona con un “¿Ves? No tienes razón para pensar eso” o un “Es improbable que eso suceda, quizá no sabes solucionarlo del todo”. 



Fuente: Formas de ganarle cualquier discusión a tu pareja con una sola palabra

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