viernes, 8 de septiembre de 2017

DORMIR CON LA TELE ENCENDIDA ¿POR QUÉ LO HACEMOS?


 

¿Tienes el hábito de irte a dormir con la tele puesta? Si es así, vamos a pensar qué “lógica” oculta. 

Y, si no tienes este hábito, tal vez puedas entender mejor a quienes sí encendemos la tele antes de dormir. 

Partamos de un mismo punto, si te parece: 

Dormir con la tele puesta NO es un hábito saludable.
La ciencia dice que la tele es un obstáculo para conseguir un sueño reparador. Pero va más lejos todavía. 





Según un estudio de la Universidad Johns Hopkins (del que hablamos por aquí), el exceso de luz brillante por la noche empeora los síntomas depresivos y dificulta el aprendizaje. 

Eso, sin entrar en la cama siquiera. Con estar muy expuesto a luces brillantes por la noche, ya duermes peor. La razón es que disminuyen los niveles de melatonina, afectando con ello a la calidad del sueño. 

Y, ya que entras en la cama para descansar, se supone, ¿qué sentido tiene poner una luz enfrente (la de la tele) si no la vas a ver? 
Como se te olvide programar el temporizador para que la televisión se desconecte al rato, te levantas fatal, como si no hubieras descansado nada. 

Otro inconveniente es el sonido. Si, ya que estás conciliando el sueño, de la tele salen sonidos que invitan a la tensión, tú los escuchas y tienes sueños rarísimos. 

Lo típico de equivocarte de cadena y que, cuando te estés durmiendo, comience una película de terror. La pesadilla está casi garantizada. 

Y la pesadilla de quien esté durmiendo en la misma habitación que tú, también, si es el caso y esa persona necesita silencio y oscuridad absolutos para dormir. 

Quienes tenemos el hábito de dormir con la televisión encendida hemos pasado por inconvenientes de esos. Entonces, ¿por qué seguimos haciéndolo? 

Sabemos que la tele puesta está reñida con un descanso efectivo. Y, aun así, aunque muchos no encendamos la tele en todo el día, sí la ponemos para dormir. 

En apariencia no tiene sentido. Pero hay que ir más allá. Los humanos mantenemos hábitos porque obtenemos una compensación de ellos, hasta de los malos. 


 


Cuando tu hábito te da un beneficio constatable e inmediato 
A mí me pueden decir que se me altera el ciclo sueño-vigilia y que descanso peor con la tele puesta. Pero si ese beneficio no lo observo con la misma claridad con la que constato lo agradable que es dormir con la tele, le doy más valor a dormir con la tele. 

Me pueden decir que, a la larga, por descansar mejor se beneficiaría mi salud. Pero el bienestar de dormir con la tele puesta es inmediato. Y a ese le doy más importancia. 

Con otros hábitos soy más racional. Pienso más en las consecuencias y en el largo plazo. Pero en este se impone la parte más primitiva de mi cerebro. 

Tomada la decisión más cómoda, la parte de mi cerebro que piensa se esfuerza en justificarla. Y esa es la que ahora mismo tiene la papeleta de razonar porqué es una gran idea dormir con la televisión puesta. (Aunque no lo sea tanto.) 

8 Beneficios de irte a dormir con la tele encendida 
Preparación importante: Programa el temporizador antes de que te venza el sueño y elige un “show” poco estridente. 

Ahora, ¡a la cama! ¿Qué te brinda dormir con la tele? 


 

1. Adoptas una posición horizontal. Pones en tu cuarto lo que estabas viendo. Y quizás te dé por levantarte de la silla y apagar antes la tele o el ordenador de la sala. Al fin le vas a conceder a tu cuerpo la posibilidad de tumbarse. 

2. Amortiguas el ruido humano indeseado. Si en la casa o fuera de ella hay ruido, lo “tapas” con una cortinilla más agradable. 

3. Amortiguas el ruido de la Naturaleza. Tormentas y temporales varios, por si te ponen un poco nervioso. 

4. Palias la incomodidad del silencio, ese que parece que lo llena todo y que a días es inquietante. 

5. Palias la sensación de soledad. En la misma habitación hay una presencia humana (virtual) que va a arrullarte hasta el sueño contándote una historia. 

6. Desconectas con menos esfuerzo de los sinsabores del día o de las preocupaciones. Puedes cederle tu atención al cuento que te están contando. 

7. Te duermes más tranquilo y de buen humor, siempre que escojas contenidos de ese tipo para que te arrullen. 

8. Es uno de tus hábitos. Algo seguro y predecible en tu rutina con lo que estás cómodo. 

¿Dónde llegamos con esto? 
Llegamos a que, sea cual sea un hábito, siempre hay detrás un porqué (o varios) que lo mantienen. 
A que preguntarse cuáles son esos porqués ayuda a ser más consciente de los mismos. 
Y a que esa información viene bien, en caso de que decidas afirmarte con un hábito o encontrar la manera de deshacerte de él. 
Respecto a dormir con la tele puesta, yo no digo que sea maravilloso. Digo que me gusta y es uno de mis hábitos (poco sanos). 

Y no soy la única. Este parece ser un hábito muy extendido, aunque haya pocas cifras al respecto. 

Lo que he encontrado ha sido una referencia de 2014 a una encuesta de LG (la firma de electrodomésticos), diciendo que más o menos dos tercios (un 61 %) de los estadounidenses dejaban la televisión encendida al irse a dormir. 

Esa gente también tiene sus razones. Quizás las mías se parezcan a algunas de las suyas. 




Fuente: Dormir con la tele puesta: ¿Por qué lo hacemos?

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