Sin duda estaremos todos de acuerdo en que, como nos contaba el compañero Chema Sanmoran en este artículo, “corren malos tiempos para los fotógrafos profesionales”. La popularidad de la fotografía a nivel aficionado hace que el intrusismo haya alcanzado cotas nunca vistas, por eso, si quieres dedicarte profesionalmente a ella lo vas a tener muy complicado. Y no sólo por la gran competencia que te vas a encontrar sino porque, más allá de tu talento, ser fotógrafo implica una serie de cosas que quizá ni había imaginado.
Y es que, la fotografía no deja de ser un negocio como cualquier otro, y por ello si te decides a intentarlo deberás poner en práctica ciertas habilidades que poco o nada tienen que ver con lo que haces cuando tienes la cámara en la mano. Así, si tú mismo no eres capaz de organizar bien tu carrera de fotógrafo quizá nunca llegues a nada. Por eso, vamos a desgranar cuáles son los errores clave que no debes cometer para poder ganarte la vida como fotógrafo profesional.
El intrusismo ha alcanzado cotas nunca vistas pero, más allá de tu talento, ser fotógrafo implica muchas cosas que seguramente nunca habías pensado
Sin embargo, no debemos asustarnos por ello, ya que el aspecto comercial de la fotografía puede ser realmente gratificante e interesante. Eso sí, hace falta un periodo de aprendizaje para ser capaces de defendernos, pero una vez que hayamos arrancado estaremos en el camino de lograr el éxito como fotógrafos y así poder dedicarnos profesionalmente a lo que más nos gusta.
1. No cobrar lo suficiente por tu trabajo
El precio que cobras por tus fotos va a ser la columna vertebral de todo tu negocio.
Tal y como nos contaba Chema ayer mismo, a la hora de valorar nuestro trabajo hay que tener muchas cosas en cuenta, más allá del acto de apretar un botón, algo que en principio cualquiera puede hacer. Si tiramos los precios, lo normal será que tengamos poco recorrido como fotógrafosporque no podremos mantener nuestros costes y nuestra reputación como profesional no será muy buena.
Tal y como nos contaba Chema ayer mismo, a la hora de valorar nuestro trabajo hay que tener muchas cosas en cuenta, más allá del acto de apretar un botón, algo que en principio cualquiera puede hacer. Si tiramos los precios, lo normal será que tengamos poco recorrido como fotógrafosporque no podremos mantener nuestros costes y nuestra reputación como profesional no será muy buena.
Por ello, es importante pedir un precio adecuado por el trabajo a realizar, teniendo en cuenta que quien nos lo encargue debería estar dispuesto a pagar lo necesario. Si el precio que pides por un trabajo les parece alto, ofrécete a negociarlo, pero de partida deberías aprender a calcular tus costes para obtener beneficios. Y conseguir clientes que sean capaces de valorar el trabajo que haces y te paguen por ello es la mejor manera de que tu negocio se asiente en el futuro.
2. No responder a un cliente con rapidez
Tener capacidad de respuesta es fundamental en el desarrollo de un negocio. Por eso, si alguien te contacta para solicitar un presupuesto deberías ser capaz de responder en menos de 24 horas. Si lo haces muy rápidamente, es muy probable que te pongas en cabeza en la lista de posibles fotógrafos que optan al trabajo.
Por otro lado, responder con rapidez puede ser un buen argumento para que una empresa vuelva a contratarte cuando necesite tus servicios en otra ocasión o te recomiende a otras empresas que necesiten un fotógrafo.
3. No tener un plan de negocio claro
Es muy posible que te decidieras a ser fotógrafo por pasión pero no tendrás más remedio que aprender muchos conceptos empresariales como el denominado Plan de Negocio. Se trata de un estudio en el que se detallan todos los aspectos de cómo va a ser la empresa. Es decir, es una guía para el emprendedor donde se deben concretar cómo va a ser el negocio, cómo está el mercado y la competencia, y que acciones y estrategias se van a llevar a cabo en el futuro.
Este trabajo previo es importante tanto para el trabajo en sí cómo para ponerlo en marcha, vender y comunicar el negocio a posibles inversores y con el fin de conseguir clientes. Un buen Plan de Negocio incluiría un montón de documentos como un estudio de mercado y un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), un plan de Marketing, otro de Operaciones y de Recursos Humanos y los siempre importantes planes Económico Financiero y de Inversiones y Financiación que son claves para saber si nuestra aventura va a ser viable.
Así en principio suena complicado pero no sólo es recomendable sino que te ayudará mucho, y siempre se puede hacer una cosa sencilla adaptada a tus conocimientos empresariales y tu pequeño negocio.
4. No investigar a la competencia
Al hilo de lo anterior, es importante saber qué es lo que hacen nuestros competidores (también, comó no, de los amigos) para poder estar a la altura. No ya para ser mejores que ellos sino también para aprender de lo que hacen, ver cómo comercializan su producto, de dónde provienen sus ingresos, cómo utilizan las redes sociales, dónde se publicitan o qué precios ofrecen.
Toda esta información es importante para ayudarnos a encontrar a forma de llevar nuestro negocio y plasmarlo en nuestro Plan. Además, un buen estudio de la competencia puede ser la clave para decidirse a especializarse en un tipo concreto de fotografía donde no haya tanta competencia.
5. No ser ágiles a la hora de entregar el trabajo
Uno de los problemas más importantes de los fotógrafos novatos es que se toman demasiado tiempo para editar las fotos de tal manera que acaban alargando los plazos de entrega. Esta no es una buena estrategia para nuestro negocio porque el cliente siempre quiere sus fotos para ayer. Por eso es importante lograr un flujo de trabajo ágil, ser capaz de identificar rápidamente las tomas más importantes de entre todas las realizadas y editarlas y entregarlas lo antes posible.
A partir de ahí, puedes utilizar un truco que consiste en dar a los clientes un plazo de uno o dos días más de lo que realmente necesites. Si todo va bien serás capaz de adelantarte, algo que siempre suele gustar y será bueno para tu reputación profesional; si hay contratiempos, contarás con un plazo extra para acabar el trabajo a tiempo.
6. No tener una red de apoyo
Como sabrás, el boca a boca sigue siendo un método eficaz para muchas cosas, entre ellas el trabajo. Así, es importante tener una red de apoyo cercana formada por amigos, familiares y colegas que puedan ayudarnos a encontrar los primeros encargos. A continuación, deberíamos buscar una segunda línea en el ámbito local formada por personas y negocios que puedan necesitar nuestros servicios.
Averiguar cuál es la manera de llegar a esos negocios de nuestra comunidad, grupos empresariales, encuentros locales o ferias que podrían convertirse en clientes potenciales y con los cuales mantener un contacto regular para obtener posibles encargos.
7. No usar una lista de correo
Las redes sociales van y vienen y habitualmente sufren cambios drásticos. Así que, si bien es importante estar en ellas (y mantenerse actualizados para saber cuáles son las que realmente pueden servirnos), el correo electrónico sigue siendo un valor seguro para los negocios.
Por eso, en nuestra estrategia de marketing no debería faltar la creación de una lista de correo con todos nuestros contactos, clientes y amigos. Se trata de una buena manera de llegar a ellos de forma directa cuando tengamos algo importante que decirles, y tienen una tasa de apertura bastante mayor que las redes sociales.
8. Aceptar demasiados encargos al tiempo
No haría falta explicarlo pero está claro que si nos enfocamos en varias tareas al mismo tiempo no podemos dedicarle la misma atención que si nos centramos en una sola. Por eso, aunque tengamos la tentación de aceptar todos los encargos que nos pidan, debemos ser realistas sobre lo que podemos hacer. Si aceptamos más trabajos de los que podemos y los resultados se ven afectados, puede que cobremos ese trabajo pero posiblemente ese cliente no vuelva a contar con nosotros.
Por otro lado, hay que aprender a diferenciar lo que es urgente y lo que es importante, porque no siempre coinciden, y a saber decir “no”. Así, cuando nos enfrentamos a tareas cotidianas en el flujo de trabajo es importante saber priorizar y mejor realizar una sola tarea al tiempo (y hacerla bien) y cuando acabemos pasar a la siguiente por orden de importancia.
9. No dejar tiempo para hacer fotos personales
Puede resultar paradójico pero reservar algo de tu tiempo para seguir haciendo fotos “por amor al arte” es una práctica necesaria para mantener nuestra pasión por la fotografía. Y es que si las fotos que hacemos son únicamente por trabajo corremos el riesgo de acabar hastiados, especialmente si el tipo de imágenes que hacemos no son las que más nos atraen.
Por otro lado, seguir fotografiando de forma paralela al empeño profesional nos permitirá aumentar nuestro portfolio para, por ejemplo, vendernos en un tipo de trabajo diferente al que hagamos. Ten en cuenta que, a la hora de mostrar las fotos, no siempre los clientes tienen porqué saber que esas imágenes no fueron hechas en trabajos remunerados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario